En el marco del  conversatorio Diálogos por la Memoria, el Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH, hizo un reconocimiento a la trayectoria del abogado Nelson Caucoto, experto en DD.HH y uno de los principales litigantes de causas relacionadas con delitos de lesa humanidad en los tribunales de justicia. 

Caucoto, quien lleva 47 años de carrera, representando a ciento de familiares de víctimas de violaciones a los derechos humanos, fue invitado a la segunda jornada que realiza la instancia, la cual busca conocer la labor de quienes resguardaron las garantías de las personas durante la dictadura.

En la oportunidad, el abogado compartió sus inicios en la defensa de los derechos humanos, sus motivaciones y entregó su experiencia en este largo camino de hacer justicia. Del mismo modo, repasó la coyuntura en esta materia, sus hitos y aspectos pendientes a 50 años del Golpe de Estado. 

En este sentido, Caucoto, valoró que  iniciativas como la Mesa de Diálogo, gestada bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, en 1999, hayan marcado un antes y después en materia de verdad y justicia.

Si bien esta instancia, reconoce, fue bastante criticada en su momento, logró establecer el nombramiento de los jueces con dedicación exclusiva, lo cual permitió que los procesos estancados por décadas,  comenzaran a ver la luz en los tribunales, logrando condenar desde el año 2000 al 2003 a  más de 400 agentes del Estado por torturas, desapariciones y homicidios de ciento de víctimas. 

Desde entonces Caucoto tiene una mirada optimista respecto a lo que pasa en materia de justicia en nuestro país. Acostumbrado a perder por años ante los tribunales,  ve con buenos ojos que causas emblemáticas que él ha representado  como Víctor Jara, Caso Paine, Lonquén, entre otras, estén con sentencias definitivas. 

Por lo mismo, si bien desconoce cuál será el resultado que tendrá el Plan de Búsqueda impulsado por el actual gobierno,  el cual tiene como objetivo establecer las circunstancias de la desaparición y muerte de las víctimas y su paradero, apela al tiempo transcurrido y a la sensibilidad de los agentes para la entrega de información: 

“Tengo una teoría sobre la búsqueda de antecedentes de desaparecidos. Alguna vez lo utilizamos: hay que ir a los agentes. No que los agentes vengan a nosotros. Los agentes han avanzado en edad. No es lo mismo alguien que tiene 30 años a otro que tiene 50 ó 60. Es distinto”, señala el abogado.

“El paso del tiempo tiene sus efectos. Toda esta gente está en sus últimos años y es verdad que se reblandece el corazón. No creo que vaya a pasar con Krassnoff o Iturriaga. Uno tiene que llegar a Punta Peuco. Si uno quiere saber qué pasó con los desaparecidos, lo que hay que estudiar es una fórmula. Si entregan información comprobable, de que hay restos de personas en ciertos lugares, habrá que ver qué beneficios se les puede dar”, expresó.

Además, indicó que “la información está diseminada en la sociedad chilena. Está repartida de Arica a Punta Arenas, entre estos viejos agentes, estos viejos estandartes, y los que entonces eran jóvenes estandartes, los conscriptos. Ellos fueron controlados hasta un determinado tiempo. Lo digo por el caso Víctor Jara. Todos los conscriptos eran de la zona poniente de Santiago y todos los meses les hacían un asado y refrendaban un pacto de no hablar. Pero esos conscriptos tienen 60 años. Alguna vez los controlaron, pero ahora no los controla nadie. Hay muchos que tienen información. Hay que llegar a ellos, no esperar que ellos lleguen a nosotros”. 

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