La última jornada estuvo moderada por el periodista y Premio Nacional de Periodismo 2011, Sergio Campos y contó con la participación de tres abogados y académicos expertos en el tema de migración, Derechos Humanos y trata de personas como Tomás Pascual, Francisco Bustos y Franz Moller.

El ser humano es migrante por naturaleza, desconocerlo es desconocer la historia de la humanidad. Así ha ocurrido históricamente a nivel mundial y Chile no escapa a este fenómeno. Aunque en la historia reciente, tradicionalmente, Chile tuvo una migración andina, es decir, personas provenientes de Bolivia, Perú y Argentina, a partir del año 2010 esto comienza a cambiar debido a las crisis políticas, económicas y humanitarias que enfrentan algunos países del continente latinoamericano.

Según datos del Gobierno de Chile dados a conocer en marzo de 2020, en el año 2019 la población migrante en nuestro país ascendía a la cifra de 1.492.522 personas, lo que representa alrededor de un 9% del total de la población, la siendo las personas provenientes desde Venezuela las que tienen  mayor presencia en el país con un 30,5%, le siguen Perú con 15,8% y Haití con 12,5%, más atrás se ubican Colombia con un 10,8% y Bolivia con 8%.

La Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoce en su artículo 13 <<toda persona tiene derecho a circular libremente y a decidir su residencia en el territorio de un estado>> y en el punto 2 afirma que <<toda persona tiene derecho a salir de cualquier país incluso del propio y a regresar a su país>>.

Pese a estar fundamentado en la Declaración Universal de Derechos Humanos, los migrantes continúan siendo objeto de prejuicios, discriminaciones y dificultades para asentarse en nuestro  territorio.

Con el objetivo de reflexionar acerca de estas materiasse realizó la cuarta y última jornada del Ciclo de Conversatorios: “Nosotras, Nosotros y Nuestros Derechos”, cuyo tema central fue “Los derechos de las personas migrantes y mecanismos específicos para asegurar su eficacia”, en el marco del debate pre constituyente.

La jornadacontó con la participación de Franz Moller, abogado de derechos humanos y asuntos relativos a la trata de personas y otras vulneraciones contra la población migrante; Francisco Bustos, abogado de DD.HH. y académico. Investigador del proyecto Red Transdisciplinar de Racismos y Migraciones Contemporáneas, Vicerrectoría de Investigación U. de Chile, ambos del Estudio Jurídico; y Tomás Pascual, abogado y profesor universitario. Jefe de la Unidad de Derechos Humanos de la Defensoría Penal Pública, y profesor de la Universidad Alberto Hurtado, UAH, experto en temas de migración y DD.HH.

Ser migrante en Chile

Cabe destacar que el decreto 1094 de la actual Ley migratoria data del año 1975 y esta norma fue hecha no sólo contra extranjeros, sino también contra hijos de chilenos. El abogado de DDHH Francisco Bustos lo explica así “recordemos que a muchos opositores políticos como al señor Letelier se le quitó la nacionalidad y recordemos también que la Constitución, en su versión original en su artículo 10 número 3, exigía que los hijos de chilenos se avecindaran por más de un año en Chile, por lo tanto, esos hijos de chilenos nacidos en el extranjero no eran chilenos, es decir, esta misma normativa estaba hecha también contra hijos de exiliados”.

A juicio del abogado Franz Moller vale la pena estar alerta a tres hitos cruciales que hacen muy difícil la experiencia de migrar hacia Chile y ser migrante en Chile. La primera de ellas es para ingresar al país.

“Quizás la más problemática, echando mano a un argumento legal del decreto 1094, es cuando la presencia de esa persona no se considera útil ni conveniente. Vea usted que subjetivo, que abstracto y que vago es estar considerando la utilidad y conveniencia de un ser humano. Ya luego cuando la persona está en situación irregular y decide contraer matrimonio, hay ocasiones en que se le impide celebrar su matrimonio en el Registro Civil dado su irregularidad, algo así como si su irregularidad se traspasara al resto de la vida. Y a veces sucede lo mismo cuando un migrante irregular llega a ser padre o madre acá. A lo menos por un tiempo el criterio era que paguen los hijos por la irregularidad de los padres. Hasta no hace mucho a los niños no se les reconocía la nacionalidad chilena ya que quedaban inscritos con la categoríade hijo de extranjero transeúnte”.

Para finalizar añade “al momento de salir de Chile, hay harto que reflexionar sobre eso, por las órdenes de abandono o los decretos de expulsión. Ahí de nuevo vale la pena revisar cuán fundado o arbitrarios son estos decretos. Ya que a veces es muy fuerte la expulsión de una persona cuando ya ha echado raíces acá, teniendo que dejar vida de pareja e hijos, por una falta menor.

Bustos afirma que “si bien el decreto 1094 es esta pieza institucional de la guerra fría hoy se entrelazan con otras corrientes que están contra los migrantes. Entonces no es sólo que nuestra legislación vaya contra la declaración de derechos humanos ni contra otros tratados firmados por Chile que dan cuenta de garantías procesales, de igualdad ante la ley, convenciones contra la discriminación racial, sino que las autoridades políticasexplotan estas diferencias. La sociedad chilena discrimina por clase, por raza y por género, entonces, esta discriminación racial también dabuenos resultados electorales y existe un círculo perverso para no respetar esta legislación en materia de derechos humanos y eso es lo dramático de la situación”. 

Cifras que evidencian la discriminación

En su calidad de Jefe de la Unidad de Derechos Humanos de la Defensoría Penal Pública y profesor de la Universidad Alberto Hurtado, Tomas Pascual, indica que entre el año 2001 y 2019 la Defensoría Penal ha atendido a cerca de 83 mil imputados extranjeros. En ese mismo periodo ha atendido a cerca de 4 millones de imputados en general, es decir, esta cifra representa alrededor de un 2% del total de imputados.

“Durante el último año, al menos en la Defensoría, han ido aumentando el ingreso de imputados extranjeros pero esto es dirigible al aumento del número de extranjeros en nuestro país, pero no en la misma proporción, es decir, siempre aumenta menos la cantidad de imputados que el aumento total de extranjeros residiendo en Chile. Por ejemplo a la fecha del 2020 tenemos un 5,3% de imputados extranjeros. Pero esta cifra es muy reveladora y, también se da algo similar con personas pertenecientes a los pueblos indígenas, un 15% depersonas imputadas ante su primera audiencia en el sistema de justicia que es el control de detención quedaron en prisión preventiva siendo extranjeros. Es decir, respecto a las cifras agregadas nacionales y no nacionales hay un 8,9% de personas que quedan en prisión preventiva en la primera audiencia, en cambio si esto solo lo llevamos a extranjeros esto sube casi al doble: un 15%”.

El abogadorelata que esto tiene varias explicaciones procesales, pero también un sesgoque es la idea de que el extranjero que comete un delito o está imputado por un delito no tiene arraigo, por tanto, la única medida que podría evitar la fuga es la prisión preventiva.

“El sistema de justicia es reflejo de las inequidades que existen en nuestro país, como decía la hermana Nelly cuando vino el Papa: En Chile se encarcela la pobreza”, puntualiza el jurista.

La trata de personas como consecuencia de la violación a los DDHH de los migrantes

La trata de personas es uno de los crímenes transnacionales que resultan más rentables. A nivel internacional se trafica con drogas, con armas y con seres humanos. El fin último de la trata de personas es explotar: un ser humano, explotando a otro ser humano.

¿Cuál es la realidad en Chile? Moller explica que “casi por definición el migrante es una persona que está en desventaja, ya que no está compitiendo en igualdad de condiciones con el nacional y podría ser objeto de malos tratos o de abusos y eso se va graficando, por nombrar solo una arista, una de las causales que explican la trata de personas es explotar la necesidad del otro, aprovecharse de la necesidad del otro, ofrecerle algo falso para que esta persona ilusionada y sin posibilidad de verificar la veracidad de esta oferta dé por válida esta oportunidad que se le ofrece, deje su tierra y venga a Chile para que una vez estando acá se descubra la verdad. Y aquí la trata de personas muestra su peor cara, ya que la persona queda puesta a las necesidades sexuales de otro o puesta a trabajar en situaciones análogas a la esclavitud e incluso de manera bien brutal –que aun parece no tenemos casos en Chile- pero nuestra ley penal se ha puesto ya a trabajar anticipándolo, de traer extranjeros para efectos de extraer sus órganos”.

Y puntualiza “la trata de personas es la denigración total de un ser un ser humano, donde la persona ya no será más un sujeto, a partir de ahora, será un objeto y su dueño podrá disponer de él o ella y  este sujeto cosificado es el drama  de la trata de personas”. 

De acuerdo a la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, un 66%, es decir, un tercio de las víctimas son mujeres y niñas y de esa cifra entre un 94 y 98% sufren explotación sexual, complementa el abogado y académico Francisco Bustos.

Aumenta intolerancia hacia migrantes en todo el mundo

De acuerdo a un estudio publicado el 23 de septiembre por el diario El País los niveles de intolerancia hacia los migrantes han aumentado en todo el mundo, según una encuesta de Gallup.

“Esto da cuenta de cómo la crisis de refugiados el año 2015 en Europa, la emigración -yo diría- forzada de muchos venezolanos en Latinoamérica empieza a generar que el fenómeno migratorio de mucho volumen en poco tiempo genere un resentimiento de parte de  la sociedad. Si esto no lo explican las autoridades  y no contribuyen con su lenguaje y explican a la población que esto es parte de la historia universal vamos a estar en un severo problema. Entonces tenemos un desafío importante en educación, pero también en moderar el lenguaje, sobre todo, de nuestras autoridades”, señala el abogado Tomás Pascual.

Bustos asevera “acá lo importante es que estamos hablando de derechos humanos. Si bien es cierto es necesaria más solidaridad internacional y ojalá nadie tuviera que verse obligado a salir de su país, estamos hablando de seres humanos, por lo tanto, no es lo más importante responder en qué ´aportan’ los migrantes. Los informes de política monetaria dan cuenta de lo que pagan los migrantes por visados, por derechos, lo que producen en la economía ya, sobradamente, uno lo podría considerar ese sentido. También los estudios del CEP, del SJM, dan cuenta de que es un mito asociar migración y criminalidad. Y siguiendo una línea de investigación de la profesora María Emilia Tijoux, en Chile el problema ni siquiera son todos los ’migrantes’, aquí a ciertas personas los llamamos extranjeros y a quienes provienen de ciertos países como Colombia, Haití, Bolivia o Perú los llamamos migrantes que muestra esta discriminación racial que refleja que Chile no es el asilo contra la opresión, por más que se declare en el himno nacional”.

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